viernes, 20 de enero de 2012

Jazz en expansión

EL JAZZ EN BUENOS AIRES


El jazz está en crecimiento. En la última década la mezcla con las músicas autóctonas ha dado lugar a nuevas tendencias dentro del género. Músicos que crecieron escuchando a los grandes maestros nacionales, se ganaron un lugar en el circuito.
Lalo Schiffrin es una de los artistas más emblemáticos del jazz argentino. Junto al Gato Barbieri y Oscar Alemán son iconos de un pasado en donde los medios de comunicación no eran una herramienta de aprendizaje musical. Hoy son espejo de una nueva generación de cultores de la música negra de Nueva Orleans en Argentina.
A punto de cumplir 80 años, Walter Malosetti es otra de las leyendas vivas del jazz nacional que defiende la corriente más pura del género. También consagrado, pero con un estilo que se mezcla con el rock, su hijo Javier Malosetti confiesó: “Los músicos de jazz no requieren la participación de un productor artístico porque, en general, la tienen más clara que los músicos de rock”.
La estirpe Malosetti continúa con Julián, el más chico de la dinastía. Hijo de Javier y nieto de Walter, heredó las raíces musicales de la familia, sin embargo, optó por el camino del rock/pop de su banda “Creé” en lugar del jazz.
Daniel Pipi Piazzola, nieto de Astor, fusionó el legado tanguero de su abuelo con lo más sutil del free-jazz, para dar nacimiento a una combinación musical que trascendió la frontera Argentina. Adrian Iaies fue precursor de la corriente tango-jazz a fines de los 90. Hoy esta tendencia es muy fuerte en el ambiente del jazz gracias a la performance de grupos emergentes como Tangoloco de Daniel García. El periodista especializado Mariano del Mazo afirmó: “Cambió el concepto de jazz estándar”. Y agregó: “Gracias a la fusión del jazz con el tango y el folklore las últimas tendencias del género son mucho más autóctonas”.
Dentro de la escena emergente del jazz se distingue una nueva camada de artistas. La cantante Ligia Piro, hija del bandoneonista Osvaldo Piro y de la cantante Susana Rinaldi, ya lleva cinco placas editadas desde el 2003. El pianista platense Manuel Ochoa, se disparó como solista con la edición de su disco “Rudias” en 2005. Barbie Martínez comenzó su trayectoria en 2003 y hoy es una de las voces más codiciadas del género. Desde 2007 el trompetista Mariano Loiacono lidera su propio su propio quinteto, en el que participa Mariano Otero. María Puga Lareo llamó la atención de toda la escena después del lanzamiento de “Body y soul” en 2005. Todos ellos son parte de las nuevas expresiones del jazz argentino.

La relación de las disquerías con los sellos independientes

Las denominadas grandes empresas discográficas no contemplan el jazz nacional entre sus producciones. No es un negocio rentable, salvo que se trate de artistas consagrados como Walter Malosetti, Mariano Otero, Luis Salinas o Adrián Iaies.
La incorporación del resto de los músicos al mercado se realiza a través de sellos independientes que elaboran el material y lo comercializan hacia el interior del país mediante pequeñas distribuidoras.
Acqua Records desarrolla su actividad desde 1997. En su catálogo se encuentran más de 250 músicos de diferentes géneros. En la actualidad, el tango es el que más se fortaleció. Sin embargo, en la compañía conviven el jazz, el folklore y el rock nacional.
En el 2005 se fusionó a su estructura la disquería del Grupo Zivals, con motivo de distribuir, difundir y promocionar sus propios trabajos con una perspectiva a largo plazo.
Desde el 2007 a la actualidad, la firma Acqua Records editó diez álbumes que comprenden a este género, con un bajo promedio de venta y un precio que oscila entre los 40 y 50 pesos. Ese año produjo dos discos: “El Grito” de Jorge López Ruíz y “El Hombre que Amamos” de Jorge Navarro y Ernesto Acher.
El 2008 mantuvo el mismo número de placas: “Milagro de Pueblo” del bajista Daniel Alberto Castro y “Violento” integrado por el trío Juan José Mosalini, Gustavo Beytelmann y Patricio Caratini.
El 2010 fue más prominente, debido a ejemplares de artistas de reconocida trayectoria como Adrián Iaies junto a Roxana Amed (Cinemateca Finlandesa); Paula Shocron y Pablo Puntoriero (El Enigma); el pianista Guillermo Klein (Domador de Huellas); Eleonora Eubel (Por el Aire) y Franco Lunatti y Federico Lechner cuarteto (Falsos Límites). En abril de 2011 solamente se editó la obra de la cantante y compositora Roxana Amed, que se titula “Inocencia”.
Por su parte, BlueArt Records se especializa en jazz argentino y música contemporánea. El Director artístico de la corporación rosarina, el periodista Horacio Vargas, lleva a cabo un emprendimiento que data del 2001 y, además cuenta con 60 títulos editados.
La colocación de sus realizaciones se establece mediante la distribuidora Southern Unity Record (SUR), que facilita la tarea de ubicar sus producciones en todo el territorio argentino y cuenta con puntos de venta en las ciudades de Montevideo, Santiago de Chile y Río de Janeiro.
En los últimos tres años el sello editó ocho CDs de jazz. Al igual que Acqua Records, el 2010 fue el de mayor producción: Leo Genovese (Unlocked); Acaso de los engranajes (Proyecto Teo Cromberg); Joel Tortul Trío (Punto Vivo); Nelly Saporiti (Travesía Americana); Oscar Feldman (Oscar e familia) y el grupo El Umbral (Laberinto).
El único título del 2009 fue del saxofonista Alejandro Chiabrando (Green Light). En tanto, Jorge Migolla con su obra “Aquí me pongo a cantar”, es una pieza que surgió en lo que va del 2011.
La discográfica con sede en Córdoba BAU Records, propiedad del folklorista Fernando Tarrés, inauguró su ciclo musical en 2002 en conjunto con el bar-restaurante Thelonious Club.
La asociación SUR también es la encargada de la distribución y difusión de sus discos por todo el país, además de Colombia, Chile, España, Francia y Japón.
BAU Records también consiguió que el 2010 fuese un año significativo, con seis placas editadas, comenzando con dos volúmenes del propio Tarrés junto a Lucía Pulido; el saxofonista Luis Nacht (En las Nubes); Mariano Sívori (No Dogma); el trío compuesto por Cirilo Fernández, Daniel Piazzolla y Mariano Sívori con su CD “Triatlón”, y Gustavo Lorenzatti (Buenas Nuevas).
El folklorista cordobés, dueño del sello, alcanzó su primer trabajo del 2011 con su obra “Todo Buenos Aires”. También se publicó “Lua” del pianista Hernán Jacinto.
Con el paso de los años los comercios donde se venden discos de jazz están desapareciendo. Las ventas han caído de manera estrepitosa y el mayor ingreso económico de un local musical hoy se relaciona con los artículos electrónicos y DVD’s. Sin embargo, tratan de seguir adelante manteniendo una esencia y un estilo personal.
“Lo que menos sale en el mundo es el jazz”, reconoció Diego Muñóz, dueño de la disquería Zivals, ubicada en Av. Callo 395. Además, admitió que lo que se vende más es lo clásico internacional, y que la serie de discos importados Blue Note fue uno de los más buscados en este género. En cuanto a lo nacional, los discos que logran irse de las bateas de Zivals en su mayoría son de exponentes, como Javier Malosetti y Luis Salinas.
El jazz, a pesar de ser un género poco comercial en Buenos Aires, tiene sus seguidores. “Los que compran jazz son siempre los mismos. No es que te va a venir un tipo cualquiera que suelen comprar más que nada rock”, declaró Omar Dicappio, quien atiende su local Bird en Talcahuano 385.
El jazz, en mezcla con otros estilos, tiene mucha oferta en las disquerías. En cuanto a los músicos jóvenes nacionales, Diego Muñoz manifestó: “Hay mucha variedad de bandas y solistas. La mezcla que se da con el tango y el folclore está buena. Fernando Tarrés tiene mucha fusión con el folk y eso vende mucho”.
Minton´s es la única disquería exclusivamente de jazz del país. Es un centro de culto para todo adepto al jazz y está ubicada en Cabildo 2280. Su dueño Guillermo Hernández la fundó en 1993. Su nombre es un homenaje al legendario club neoyorquino de los años 30.El recinto supo ganarse un lugar de prestigio entre los admiradores del género. Adrián Iaies tituló uno de sus álbumes “Las tardecitas de Minton´s”, en alusión al local al que tantas veces concurrió.

El festival Buenos Aires Jazz

El evento anual, organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, se lleva a cabo desde el 2008. Hernán Lombardi, ministro de cultura, tomó la decisión de poner artistas reconocidos al frente de cada uno de los festivales porteños. En el caso del jazz, el elegido fue el pianista Adrián Iaies. El acontecimiento acerca este género musical a la sociedad a través de conciertos, clínicas a cargo de diferentes artistas, ciclos de cine y muestras de fotografías, tanto pagos como gratuitos.
Sin dejar de lado su actividad como músico, Iaies trabaja todo el año en función del festival. Es el encargado de confeccionar la grilla a través de la depuración que hace entre los discos y demos que le hacen llegar los artistas. “Año a año la cantidad de producciones de artistas jóvenes que me llegan va in crescendo”, percibe el director del Buenos Aires Jazz y reconoce que cada año destina más parte del presupuesto que manejal. El pianista, precursor en la inserción de elementos tangueros dentro del jazz, opinó que el festival adquirió un prestigio, una relevancia y un lugar que hace que todo el mundo quiera esta en él.
Las diferentes sedes en los que se desarrolla este espectáculo son: Teatro Coliseo, Teatro IFT, Teatro General San Martín, Biblioteca Nacional, Centro Cultual Recoleta, Teatro Alvear, Teatro Sarmiento, La Trastienda, Samsung Studio, Teatro 25 de Mayo y los clubes Café Vinilo, Thelonious Club, Notorious Club y Kebaytina Club.
El Cultural Recoleta y el San Martín participaron como sede en todas las ediciones.
En 2010, el festival se nutrió de más de 150 artistas. Se pusieron a disposición 7.000 entradas, de las cuales se vendió el 80%. Además, 35.000 personas participaron de los eventos gratuitos entre recitales y clínicas. Algunos músicos destacados que brindaron sus shows en los seis días que duró la última edición fueron: Enrico Pieranunzi (pianista italiano), Frank Carlberg (pianista estadounidene), Gillespi (trompetista argentino) y Ernesto Jodos (pianista argentino).

Gráfico Buenos Aires Jazz Festival

Complicaciones y virtudes del circuito

En Argentina, la oferta de bares para tocar jazz es sensiblemente menor que la demanda que hay de parte de los músicos y, en general, la escena es copada por bandas de rock, pop y reggae. El periodista Mariano del Mazo considera que no hay actualmente un circuito aceitado de clubes y bares donde se difunda este género.
En tanto, Javier Malosetti afirmó: “La evolución del jazz tiene dos vías. Una que va a la velocidad de la luz que es el interés del músico por el conocimiento, y otra, que es más pachorra y es la de quien se encarga de dar a conocer a los músicos”.
Buenos Aires tiene una carrera especializada que es la tecnicatura en jazz dirigida por Ernesto Jodos en el conservatorio Manuel de Falla. El pianista adjudica la falta de espacios para tocar a que este gobierno, como los anteriores, nunca entendió la diferencia entre esta música y el rock. Sin embargo, el ciclo Jazzologia, enmarcado dentro de las actividades de la ciudad, se mantiene firme a 28 años de su creación, ofreciendo conciertos del jazz más tradicional.
En cuanto al presupuesto, Adrian Iaies remarcó: “La Secretaria de Cultura de la Nación gastó una fortuna en shows para el bicentenario y, aún así, no hubo un solo artista de jazz sobre el escenario”.
En los 90, la apertura del mercado vino aparejada a mejoras con respecto al equipamiento para grabar discos. Sin embargo, el espejismo económico se acabó cuando la crisis del 2001 hizo que las dificultades monetarias para realizar una producción crecieran. Además, las discográficas perdieron interés en editar discos, sobre todo cuando no había ganancia asegurada, por el crecimiento de la piratería y la hiper-difusión que vino de la mano con las nuevas tecnologías. Iaies implora de forma utópica: “Tendría que haber 20 clubes de jazz porque sería la forma de darle espacio a la cantidad, cada vez más, creciente de músicos que hay, pero eso es muy complicado porque depende de una iniciativa privada en un rubro donde no hay ganancias”.
El baterista Gustavo Goyeneche se descargó: “Realmente las condiciones son pésimas para los músicos que quieren tocar jazz en Argentina”. El nieto del mítico Polaco del tango hizo referencia a acuerdos poco provechosos para el artista en los que, según dice, los clubes de jazz “se adueñan del 30% de la renta del show”.
La vocalista Bárbara Martínez, distinguida en 2008 por el ciclo Jazzología, reconoció: “No me fue fácil insertarme en el circuito de jazz porque los instrumentistas tienen muchos prejuicios sobre los cantantes. Hay mucha reticencia porque el rol de la voz no se toma como el de un integrante más”.
Sebastián Groshaus, baterista que acompaña Barbie, señaló que muy pocos músicos pueden vivir de su profesión porque el circuito es bastante cerrado y, por lo general, siempre se centra en los mismos intérpretes.
El jazz porteño requiere pagar derecho de piso como cualquier rama de la música o, incluso, cualquier profesión. Sus trabas son más pronunciadas por lo poco masivo de su naturaleza. Pero no es posible negar que también hay oportunidades para los jazzistas de la capital del país. No muchas ciudades poseen una carrera centrada en el jazz, un importante ciclo de cultura y un prestigioso festival internacional.

Circuito gráfico de jazz porteño

Thelonious, un lugar jazzero por naturaleza ubicado en Jerónimo Salguero 1884, fue creado en 2000 por los hermanos Lucas y Ezequiel Cutaia. “La idea de instalar un bar de jazz surgió por una cuestión de que no había muchos clubes en Buenos Aires que tuviesen una onda para gente más joven”, declaró Lucas sobre su boliche que tiene capacidad para 80 personas y al que concurre un público que ronda los 25 a 40 años.
Por lo general, los dueños se inclinan por los “consagrados” a la hora de contratar a músicos para tocar, y en su calendario mensual se aseguran los shows de Ernesto Jodos, Ricardo Cavalli y Juan Cruz de Urquiza, entre otros.
En el siguiente mapa se pueden observar los diferentes sitios de jazz que se encuentran en Capital Federal. La mayoría de los bares están ubicados en el barrio de Palermo y casi la totalidad en la zona norte de Buenos Aires.

Mapa del circuito de bares de jazz en Buenos Aires


La Jam Session en Buenos Aires

Una buena forma de hacer jazz entre diferentes músicos, que compartan un momento musical y se genere una maratón de bandas en una noche, es la Jam Session. Así se denomina a una reunión informal de músicos de jazz, con afinidad temperamental, que tocan para su propio disfrute, que no sea escrita ni ensayada.
Por lo general, en las bandas que participan en las Jam Session, no existe un líder musical. Todos tocan en igual dimensión y cada uno hace su propio papel.
En Buenos Aires se realizan diferentes Jam. En la actualidad, Germán Boco, baterista de jazz desde hace más de 20 años, maneja este estilo de tocar música en Notorious, un bar – restaurante emblemático de Capital Federal.
“Me convocaron para anfitrionar la Jam Sessions. Yo manejo la parte artítistica, que es conectar a los músicos con el boliche. También la movida mía es organizar el fixture mensual de las bandas que van abriendo y organizar el escenario al momento del show”, manifestó el anfitrión de la Jam. El equipo de producción lo completan Mariana Coronado, que es la que se encarga de los medios de comunicación, y Fernando Martín, que filma los shows y los transmite en vivo a través del sitio de la Jam Session en Buenos Aires, www.playjazz.com.ar
Para los músicos, es un beneficio para aquellos que no son tan conocidos y necesitan un contacto o mostrarse en escena para poder insertarse en el circuito de jazz en Buenos Aires. Gustavo Goyeneche, baterista que participa en los shows comentó: “Son zapadas abiertas al público. Es un lugar para conocerse y para reencontrarse. La verdad que todo está muy libre, somos todos como células individuales y se nos hace complicado sacar una fecha. Las condiciones son pésimas para los músicos, en la puerta te sacan un 30 % y desde ya que no te dan de comer. Esto es una buena forma de ponernos un poco en escena”.
La agenda de los sábados de junio de la Jam Session es la siguiente: el 4 de junio abre Manuel Fraga Trío; el 11 de junio comienza Gustavo Cortajerena Cuarteto; el 18 de junio la apertura la realiza Marina Quiroga Cuarteto y el 25 de junio, el inicio es de Miguel Sinagra Cuarteto.
También existen otros lugares porteños donde se realizan. Exceptuando los miércoles y viernes, que no hay Jam en Buenos Aires, los otros días de la semana se practican siempre en escenarios diferentes. Los lunes a las 23:30 hs, las zapadas se dan en La Biblioteca Café; los martes a la medianoche en Ladran Sancho; los jueves desde las 23:30 hs. en Eter Club y los domingos, a la misma hora, en Jazz & Pop.


El jazz en los medios de comunicación

En la década del 30 el jazz comienza a adquirir popularidad en territorio argentino. La radio se transforma en el primer espacio dedicado a este estilo musical. La audición “Síncopa y Ritmo”, que dirigía Fernando Iriberri, fue pionera en la radiofonía nacional, con un ciclo que duró diez años. En la actualidad, el ritmo jazzero se extiende por una amplia red de emisoras:


Con la incorporación de nuevas tecnologías otras experiencias de comunicación fluyen por diferentes canales paralelos al de la radio. Internet es un servicio que ofrece a las nuevas generaciones la posibilidad de experimentar los medios online:


Desde principios del siglo XX este género cultural se incorporó al servicio del lector, que buscaba la innovación de un estilo atractivo por su ritmo y sus más diversas melodías. Los diarios y revistas locales que se dedicaban a la cobertura de esta música publicaron, a través de ocho décadas, la historia viva del jazz.
Entre las más destacadas se encontraban: “Síncopa y Ritmo”, que surgió en 1934 y publicó 76 números; “Jazzlandia” (1953/60); “Jazz Band” (1972/74) y “Guía del Jazz” (1984/1987).



En la década del 2000 se introduce en el mundo de la tecnología uno de los servidores más populares en Internet, los blogs. Una herramienta que acerca la información a la inmediatez, con el sello distintivo de cada uno de sus creadores.


La primera imagen del jazz nacional en la televisión data de 1951, el baterista de la orquesta “Jazz Casino”, Juan Alberto Ficicchia fue elegido junto al pianista Hugo La Rocca para llevar a cabo la primera transmisión jazzera que se realizó por Canal 7.
En la actualidad, la TV no le brinda difusión a este género. No obstante, siempre hay lugar para creatividad: a partir del 4 de mayo de 2011 se estrenó el nuevo programa “Jazz al Sur” que se emite por Canal á, cuyo propósito es darle una mirada profunda a este estilo tan particular, interpretada por sus protagonistas y dividida en tres capítulos (ocho emisiones semanales cada uno).

Jonatan Saiz