martes, 16 de noviembre de 2010

Crónica del show de Alfredo Remus


Los 50 años de la música lo llevó por los caminos más sensibles y más extremos. Los 50 años lo llevó a conocer los lugares más extraordinarios y más comunes. Los 50 años años de música, además, lo llevó a Alfredo Remus a seguir haciendo lo que a él más le gusta, ama y se enorgullece como el primer día: hacer música.

Como Notoious, aquel bar de la avenida Callao al 900, se encuentra en el mismo lugar, con la misma decisión en su interior, copiaré algunas palabras de crónicas anteriores, solamente para volver a poner en contexto el momento y el paisaje que el recinto mostraba. “El lugar por fuera dibujaba una disquería. No muy grande, el contenido de los trabajos eran variados, pero el Jazz, el Blues y el Rock predominaban las bateas. Al pasar una cortina negra, 35 mesas cubiertas por un mantel blanco y encima de ellas una vela iluminando, decoraban el lugar especialmente diseñado para ver, escuchar y por sobre todo, disfrutar Jazz".

A las 22:10, el show comenzó. Las luces descansaron un rato largo y las velas ocuparon mayor protagonismo. La banda que acompañaba a Alfredo también estaba en sus posiciones. Era el momento de observar una gran banda que iba a subrayar la frase “excelentes músicos” en varias partes del concierto.

Alfredo, con su contrabajo, hizo sonar los primeros acordes de la noche. Vestido completamente de negro y con una gorra puesta, disfrazaba un personaje auténtico y real. El jazz lo llevó a ser así hoy en día y él lo disfruta como si solamente hubiesen pasado pocos meses de sus comienzos. Mientras tanto, Alejandro Kalinoski, que estaba sentado frente a su piano, lo observaba a Alfredo y varias veces una sonrisa se le dibujó en su rostro. Del otro lado del músico del medio siglo estaba Fernando Martínez, un baterista que expectante por su comienzo, decidió no demostrar ninguna acción en su cara. Hasta que los tres empezaron…

Casi al minuto el trío comenzó su espectáculo con Tú no sabes lo que es el amor. En un momento la música los llevó a un estado muy fuerte y hacían sonar sus instrumentos muy altos. En fin, la música los desnudó en alma y vida. Alejandro, vestido de camisa blanca, por momentos parecía incomodarle la silla y casi se levantaba. Repito, la música los desnudó en alma y vida y por momentos creyeron o sintieron olvidarse que estaban frente a un público, que atentamente dejaron de servile comida a su cuerpo y disfrutaron de un tremendo comienzo de show.
“Hermosas gentes, buenas noches”. Estas fueron las primeras palabras de Alfredo antes de agradecer la presencia de toda la gente que se encontraba en Notorious y de presentar a la banda. Los primeros temas fueron pasando como Beautiful love, Esta tarde ví llover, un tema de Bill Evans e Insensatez. Para el quinto tema, Alfredo presentó el primer invitado de la noche. Bernardo Baraj, un saxofonista dijo presente en la noche de Notorious. Vestido con una camisa violeta se arrimó al escenario para dar comienzo a su serie de temas junto a la banda. El sonido se explicó en varias ocasiones con las actitudes de los rostros de algunas personas que disfrutaban a más no poder la intimidad de show. Un hombre palmeaba las manos de su mujer simulando ser baterista y ella batería, siempre con una sonrisa enorme.

Para el séptimo tema, llamado Milonga triste, Alejandro Kalinoski y Fernando Martínez descansaron para dar comienzo al tema más sensible y atrapante de la noche. Solo Alfredo y Bernardo, con sus instrumentos dejaron huellas en la pronta estación de la curiosidad y el entusiasmo en las 35 mesas y algunas personas más que estaban en la barra. Un momento tremendo para tal ocasión. Para los últimos temas apareció Laura Haldfield para activar su voz y embellecer aún más los últimos temas de la noche.
Así fue la presentación de Alfredo Remus en el segundo sábado en los festejos de los 50 años junto a la música. Con músicos de gran nivel y personalidad, supieron administrar la sensibilidad de los temas y acariciar las pieles y los corazones de los presentes en la noche de Notorious.

Jonatan Saiz

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