martes, 26 de octubre de 2010

Palabras Desnudas


La música. Los sonidos nos envuelven en terrenos sagrados. Las melodías ocupan el lugar indicado y en el momento justo. Las letras nos ajustan las tuercas del cerebro y nos alienta a seguir o parar. Las acciones al escuchar una canción son infinitas. Más allá de todo nos siguen los cantares de los pájaros, los grillos, los lobos. Más acá nos siguen bocas que quieren escupir sus más sentidos sentimientos. Porque así se trata la música, hablar con ella mediante melodías y letras.
Al final de todo existe lo que sentimos en todo momento. Porque jamás nos hará mal, solo si un tema nos hace recordar viejos recuerdos. Al final de todo existe la música, la agradable, la existente, la funcional, la auténtica. La que se experimenta y a su vez se nutre de simpleza. Esa música que pocos valoran aunque creen valorarla. La música en sus más extraños sucesos. Ella no nos puede solucionar historias. Ella nos ayuda a tomar decisiones. Al final de todo existe la música, al final de todo.



Lo puse en blanco y negro y luego lo pase a boceto lápiz para darle a la foto el cierto grado de final de una película. Como que la iluminación indica un final y que al término de la foto se encuentra la música, como la salvación.
El boceto al lápiz es para darle además diferencia al resto de los colores. El blanco y negro de por sí muestra diferencia por sobre los otros colores y el boceto a lápiz lo hace en profundidad. Solo dos colores, un camino y al final del mismo la música. Simple.

¿Estaré loco? Síiiii!!!!!!! Por la música.





Jonatan Saiz

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